En España sobre todo pienso que se consumen muchos tres productos: pan, carnes y derivados, y tomate. Aunque sea brevemente, del pan, con su gluten, puede producir un exceso de inflamación intestinal y sistémica. Podemos desayunar con pan, comer pasta con pan y cenar una pizza, y al final nuestra dieta es escasamente variada y por ende pro-inflamatoria. Del tomate, pese a sus bondades, también se exagera en España: el pan de la mañana con pan, al medio día un salmorejo o un gazpacho, y por la noche ensalada de tomate. Y es que el tomate tiene oxalatos y podría causar cálculos renales. Al final los excesos no son bueno, ¡ni con el agua! Y hay casas en donde la carne y los embutidos están en cada comida.
Carne en todas las comidas
Bueno, el que nos ocupa hoy es sobre todo el tema de las carnes. Pasa un poco como los dos anteriores. Hay personas que no conciben una comida sin carne. No ya un día sin carne, que ya es mucho, sino una comida sin carne. Si al desayuno le hemos metido un pan con tomate, pues que además sea con jamón serrano. Si a la comida le hemos puesto un salmorejo con su pan y tomate, pues le echamos más jamón serrano. Y a la noche un pizza, con su tomate, y de paso carne picada a la barbacoa. Vamos, que está a la orden del día el exceso de carnes y embutidos.
Otras fuentes de proteínas
“¡Pero si hay que tomar muchas proteínas!”. A ver, proteínas las adecuadas a cada uno, y fuentes de proteínas hay muchas: carnes, huevos, pescados, legumbres, frutos secos… Las pautas dietéticas actuales aconsejan máximo comer dos o tres veces a la semana carne, de preferencia blancas (pollo, pavo, conejo…) dejando las rojas para consumo esporádico, una vez cada semana o dos semanas. ¿Y los embutidos tan ricos y que me salvan la cena o el desayuno? Pues tantos estos como las carnes rojas entrarían según la OMS en la sección de “posibles causantes de cáncer”. Los embutidos suelen tener conservantes añadidos, bastante sal y grasas saturadas concentradas: la chistorra, por ejemplo, contiene un 50% de grasa, más de la mitad saturada, y un 25% menos de proteína que el pollo, que solo tiene un 10% de grasa.
Comas la carne que comas sobre todo cómela con verduras. El motivo es bien sencillo, la carne tiene un alto poder oxidativo y las verduras son antioxidantes. Si un día te quieres dar un homenaje en una barbacoa acuérdate de limitar los hidratos de carbono y aumentar la ensalada, las frutas y las verduras. Tu metabolismo lo agradecerá. Recuerda que el exceso de carnes y embutidos puede dañar seriamente tu salud.